lunes, 21 de junio de 2010

De otra Galaxia…

(fotografía estenopéica)

La cultura fotográfica es un concepto más amplio, y abarca toda una seria de elementos no solamente instrumentales sino incluso de visión, culturales, ideológicos e históricos, que tiene que ver con las causas de la aparición de la fotografía en el siglo XIX.


Estos elementos son necesarios para crear un clima de pensamiento, de sensibilidad, filosofía, humanismo e imaginación que requieren los valores que la fotografía encarna.


Sin embargo, los conceptos de credibilidad, de objetividad, de verosimilitud, en suma del control de la memoria, son utopías del siglo XIX y del positivismo, y los hemos trasmitido a lo largo del siglo XX.


La fotografía es la depositaria de todos esos conflictos intelectuales, de todos esos problemas que los humanos han vivido en las últimas décadas.


Utilizar la fotografía me parece absolutamente necesario y prioritario para expresar el espíritu del nuevo siglo, no como una simple técnica de producción de imágenes, sino como un poderoso medio de comunicación que ha determinado gran parte de la experiencia estética de nuestra cultura visual. Aquí es donde cabe la necesidad de una pedagogía de la fotografía, al margen de una primera tradición, según la cual un fotógrafo enseñaba a otro fotógrafo.


Inicialmente, la enseñanza atañía sobre todo al aspecto técnico. Ha costado aceptar que todo medio tecnológico, por complejo que sea, nunca impide la expresión individual.


El verdadero problema para mí como educador es cómo desarrollar la sensibilidad de una persona efectivamente con un instrumento o con otro, o con una combinación de medios que le permita expresarse y comunicar mejor.

Puedo aventurar que en el futuro no abra esas etiquetas de “fotógrafo”, “videasta”, “cineasta”, sino que hablaremos de comunicadores y creadores de imágenes.


La fotografía estenopeica juega un papel fundamental como propuesta metodológica para la enseñanza de la fotografía, ayudando al estudiante a descubrir sus propias capacidades.


El profesor debe ser un guía y no un dictador; alguien que estimule y no alguien que imponga.


Solo educadores autoritarios niegan la solidaridad entre el acto de educar y el acto de ser educados por los educandos.


Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Enseñar exige saber escuchar.


En términos personales me satisface comprobar que el trabajo de un antiguo alumno mió muestra nuevas dimensiones, ha madurado, ha descubierto nuevos problemas, ha rechazado anteriores soluciones.


Estos son los resultados que realmente me importan como profesor.

La ciencia y la tecnología, deben estar al servicio de la liberación permanente de la humanización del hombre.


La fotografía estenopeica es una forma de liberación, de estimular la imaginación y el deseo en estos tiempos de caos.


Los fotógrafos estenopeicos somos humanistas, soñadores, porque venimos de otra galaxia, de un planeta desconocido, de una sociedad secreta de astrónomos, de biólogos, de ingenieros, de metafísicos, de poetas, de químicos, de pintores y alquimistas.


Consabido el universo como una seria de procesos mentales, que no se desenvuelven en el espacio sino de modo sucesivo en el tiempo, sabemos que solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos. Los terrícolas han olvidado esta verdad, pero los fotógrafos estenopeicos no deben olvidarla.


Cada uno es responsable para siempre, de aquello que ha creado.

Los fotógrafos estenopeicos no buscamos la verdad, ni siquiera la verosimilitud; buscamos el asombro.


Mientras dormimos aquí, estamos despiertos en otro lado y así, cada fotógrafo estenopeico es dos fotógrafos estenopeicos.


Hemos llegado a negar el tiempo; el presente es infinito, el futuro no tiene realidad sino como esperanza presente; el pasado no tiene realidad sino como recuerdo presente, y luego declaramos que ha transcurrido ya todo el tiempo y que nuestra vida es apenas el recuerdo o reflejo crepuscular y, sin duda falseado y mutilado, de un proceso irrecuperable.


Los fotógrafos estenopeicos llegamos a esta galaxia para salvar a este planeta, del caos y la autodestrucción, buscando la felicidad y el humanismo, para que exista mayor armonía.


Si ustedes observan las imágenes estenopeicas, de alguna manera subconsciente les estamos diciendo: “diseñen y construyan una cámara estenopeica, es una nave para su liberación”.


Daniel Mendoza Alafita

EL CENTRO HISTORICO ME DA RISA




El Centro Histórico me da Risa, es una evocación al tiempo, es un juego de autorretratos donde la no presencia invoca al espíritu. Estar en una forma fantasmal es una virtud, un elogio, cuya sensación de trasparencia no causa dolor alguno.

La fotografía estenopeica una vez más, me permite retener el tiempo, el espacio.

En “Tocando Culo” me aproximo a la estática del bronce, mi brazo sufre una translucidez y yo me desvanezco, espantado por ello mi mano aprehende lo más inmediato que encuentra a su paso.


“Caballos de Troya” es un autorretrato con animales fuera de contexto, equinos que al final no engañan a nadie, y solo dejan excremento en la Alameda Central, son pues animales de risa.


“Esperando que abran el Nivel” es un grito desesperado por la chela perdida, me quedare ahí, aunque mi cuerpo se desintegre junto con el come tacos.


“Los Héroes de Independencia” no se quedaron quietos, el paso de los chilangos para tomarse la foto, me dejan casi fuera de cuadro, me aferro a un Héroe con regocijo, porque la historia de este País me da risa.

Daniel Mendoza
Estudio Taller Selenium

AUTORRETRATOS DE MI ESPÍRITU




Autorretratos de mi espíritu es una evocación burda de las tantas imágenes que retratan la muerte, es una repetición más de la historia de la fotografía, pero tiene que quedar claro, repetición y reproducción es lo mismo, duplicación, remodelación, recreación y lo mas nuevo clonación, es lo que hacemos todos los días cuando hacemos fotografía.


Mi espíritu establece cimientos en la verdad, lo que los sabios y filósofos llamaron locura y sin sentido.

Me desquicio de mi cuerpo en la tierra, para garantizar la divinidad.


Dios no me tiene en su gloria, no existe, pero los Axolotes Gigantes y Tina Modotti si, y la evoco en mis imágenes; “Soy una Fotógrafa y nada más”, escribió.


Mi espíritu esta con ella…


DANIEL MENDOZA

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